CATALUNYA, UN NOU ESTAT D'EUROPA
Vivimos estos días en
España un nuevo envite del nacionalismo independentista en Catalunya. Los
grupos anticatalanistas más reaccionarios, a saber Convergència i Unió (CiU) y
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), más adelante explicaré por qué los
califico de anticatalanistas; han lanzado un órdago al Estado para que permita
que, en virtud de sus intereses partidistas y secesionistas, puedan dar comienzo
a un proceso de independencia.
Estos partidos nacionalistas,
que como todos los nacionalismos políticos, buscan la confrontación a base de
tergiversar la realidad para tapar sus vergüenzas de mala gestión y corrupción, y echar la culpa de los problemas
de Cataluña a otros; han conseguido caldear el clima de convivencia familiar
que existía entre la mayoría de catalanes y el resto de españoles. En nombre de
los derechos “ancestrales” de Catalunya, y tras envolverse debidamente en la
Senyera, no dirigen a Catalunya y a España más que al desastre. Por eso los
llamo anticatalanistas (antiespañolistas ya sabemos que son), y me explicaré:
Cataluña es una de las
CC.AA. más fuertes económicamente hablando de toda España, y sus exportaciones suponen
un 36% del total de las exportaciones
españolas. Es la segunda Comunidad Autónoma con mayor PIB del Estado, y su
población es el 16% del total. Una de las regiones más industrializadas y también
la que más turismo recibe. Por todo ello es evidente que la secesión afectaría
gravemente a España y más aún en un momento de profunda crisis cómo el actual.
Ahora analicemos cómo
afectaría a la economía catalana la secesión:
Cataluña exporta entre
el 20 y el 30% de su producción al resto de España, lo que supone el 47% de los
beneficios de su industria exportadora. Si se produjese la secesión, aparecería
una frontera con los habituales aranceles y restricciones al libre comercio,
como sucede con cualquier otro país del mundo. Esto, además de reducir los
ingresos y las exportaciones, llevaría a que Cataluña tuviese que buscar nuevos
mercados para reducir su dependencia comercial de España, lo que en cualquier
caso le podría llevaría varios años (recordemos que media economía mundial está
en recesión).
Una vez ratificada la independencia, Cataluña quedaría automáticamente fuera de la Unión Europea, puesto que no hay ningún tratado de pertenencia a la misma. Tendría que solicitar su ingreso, trámites que por lo menos llevarían dos años aún contando con el beneplácito de España. Porque la incorporación de un nuevo Estado, requiere como requisito indispensable el acuerdo con todos los países miembros, y si España se negase Cataluña no podría entrar.
Quedar fuera de la
Unión Europea, además de suponer las mismas restricciones comerciales que con
el resto de España (las exportaciones a la UE de Cataluña son más del 63% de su
total), implicaría tener una moneda, el euro, que no pueden controlar, puesto
que lo hace el BCE. Salirse del euro, sería aún peor a corto y medio plazo para
la economía de Catalunya.
Otro asunto de gran
importancia es el endeudamiento de Catalunya con los mercados, superior a la
media nacional. La deuda catalana ya ha sido calificada por todas las Agencias
de Calificación de Riesgo como “deuda basura”, y Cataluña no puede financiarse en los mercados. Esto
quiere decir, que para pagar las nóminas de sus empleados públicos, las
pensiones, la sanidad, la educación, etc. necesita que le presten dinero y
nadie fuera de España quiere hacerlo. Ni siquiera a un interés muy elevado. Es
por esto por lo que el President de la Generalitat ha pedido un rescate a
España por valor de más de 5.000 millones de euros. Recordemos que Grecia y
Portugal tuvieron que pedir un rescate a la UE por esa misma causa, nadie
quería prestarles dinero.
Podemos seguir
analizando a qué problemas se tendría que enfrentar la Generalitat, aunque creo
que con los expuestos anteriormente son más que suficientes, pero podríamos
destacar también los gastos adicionales que tendrían que afrontar los catalanes
para dotarse de una estructura de Estado, con unas fuerzas armadas y toda la
parafernalia.
En definitiva, creo que
se hace evidente que, en este momento, la secesión de Catalunya sería muy
perjudicial para el conjunto de España, pero más aún para la propia Cataluña. Los
problemas a los que los catalanes se enfrentarían, superarían, creo yo, con
creces lo que están padeciendo los griegos.
Los graves problemas
que la iniciativa independentista de Artur Mas causarían a los catalanes y a
Catalunya como Estado, sumirían al país en una pobreza extrema. Reconozco que
no soy precisamente un erudito de la economía, pero lo que arriba he expuesto
es cierto y creo que la conclusión es clara. ¿Cómo se podría llamar a gente que
por intereses partidistas, personales o sentimentales es capaz de arruinar a su
pueblo? En este caso, creo que está más que justificado el calificativo de
anticatalanistas de todos aquellos que abogan por la independencia de Cataluña
en estos momentos.
Por todo ello cuando
veo al President y a los líderes nacionalistas cantar esos versos de “Els Segadors”*, que rezan: “Bon cop de falç” (“Buen golpe de hoz”); no puedo evitar pensar que lo están diciendo
muy claro, un buen golpe de hoz es lo que están asestando al pueblo catalán.
*”Els Segadors” es el himno de Catalunya, compuesto en 1892 por Francesc
Alió adaptando una antigua canción de la sublevación de Cataluña en 1640 o de
la guerra de los catalanes contra el rey Felipe IV, en la cual los campesinos
(los segadores) protagonizaron episodios relevantes de la resistencia catalana.