Esta primera entrada la voy a dedicar a hablar un poco de
los mantras. Así que todo aquel que de mano tenga la mente cerrada a todo
aquello proveniente de la cultura y sabiduría oriental, y esté leyendo esto
pensando “a ver qué gilipollez es esta”, que no siga leyendo.
La cultura del Asia más oriental, es decir aquella imbuida
de la filosofía budista, taoísta y sintoísta principalmente, causa especial interés por
tener una visión y sabiduría milenaria bastante distinta a la occidental. Una
cultura que cada vez está más en auge en países occidentales, hoy en día ya es
raro que en estos países nadie haya oído hablar del yoga u otras disciplinas de
meditación asiáticas.

La idea es la siguiente:
La palabra es sonido. El sonido es vibración. Vibración es
energía. Según el hinduismo, el mantra Om es el sonido primigenio del universo,
el origen y principio de todos los mantras.
Al repetir un mantra procurando la
concentración de la mente, se supone que se libera esta del condicionamiento
material, y se eleva la conciencia a un plano superior o espiritual.
En el budismo tibetano, cada mantra se considera el sonido
correspondiente a un cierto aspecto de la iluminación y se recita para
identificarse con ese aspecto de la mente iluminada.
Por ejemplo, el conocido Om Mani Padme Hum correspondiente a
la compasión. Se traduce ¡Oh, joya en el loto!, siendo originalmente el célebre
mantra Om el símbolo sonoro correspondiente al Brahman (dios sin forma creador del Universo), aunque tal mantra pasó
a ser parte de una célebre frase budista.
Los mandalas son diagramas o representaciones esquemáticas
simbólicas del macrocosmos y el microcosmos, utilizados en el budismo y el
hinduismo. Estructuralmente, el espacio sagrado (el centro del universo y
soporte de concentración), es generalmente representado como un círculo
inscrito dentro de una forma cuadrangular. En la práctica los yantra hindúes
son lineales, mientras que los mandalas budistas son bastante figurativos. A
partir de los ejes cardinales se suelen sectorizar las partes o regiones
internas del círculo- mandala.
Mandala tibetano
Bueno, esta información sacada de Internet nos puede dar una
idea general de qué va esto de los mantras. Sacando la parte religiosa, y
quedándonos sólo con la idea de la meditación como forma de tranquilizar la
mente, olvidarnos de nuestras preocupaciones durante un rato, y encontrar esa
paz interior que logra que desaparezca el estrés y la energía pueda fluir
libremente; animo a cerrar los ojos, sin cruzar brazos y piernas, dejar de
pensar en aquello que nos preocupa y escuchar la música y el mantra.
Concéntrate en tu respiración por ejemplo, pero no distraigas tu mente con otro
tipo de asuntos…
Ahora cierra los ojos y repite con el vídeo las palabras del
mantra de la compasión “Om Mani Padme Hum” o simplemente escucha y relájate:
Animo a su vez a ver este interesantísimo reportaje del
genial programa Redes de Eduard Punset, titulado “La Ciencia de la Meditación”:
Parte 1:
Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:
¡Cómo me gusta ver este mantra como inicio de tu andadura bloguera!. Y si alguien ha entrada en tu "casa" y de mano no le ha gustado lo que ha visto en ella, estará mejor en cualquier otra casa. Tu, sereno, y protegido por una vibración que va más allá de un sonido agradable al oído. Disfrútala y haz que todos disfrutemos con tu manera de ver el mundo y la vida, aunque en ocasiones, seguro que pasará, no coincidamos, pero la diversidad es estimulante.
ResponderEliminar¡¡Muchísimas gracias!! Muy agradecido estoy por tu comentario, muy bonito.
ResponderEliminarEs buena también la discrepancia, favorece la discusión y ayuda a abrir la mente. Cuando llegue será bien recibida, desde luego. :)