miércoles, 30 de mayo de 2012

Pueblo de palabra y de piel amarga.





Los españoles somos un pueblo de lo más curioso. Un pueblo profundamente envidioso que como decía Borges: "hasta para decir que algo es bueno dice: es envidiable".
Renegamos y criticamos a España como nadie, pero la defendemos también como nade de las críticas extranjeras. Decía Joaquín M. Bartrina: 

"Oyendo hablar a un hombre, fácil es acertar dónde vio la luz del sol; si os alaba Inglaterra, será inglés, si os habla mal de Prusia, es un francés, y si os habla mal de España, es español".

La España de hoy es un país descentralizado, lo que es adecuado teniendo en cuenta la diversidad cultural de nuestro país. Pero España presenta hoy una descentralización sin orden ni concierto, que ha ido desarrollándose poco a poco a partir de la definición del Estado Autonómico, y que demuestra que aún no sabemos hacia dónde queremos ir como país. ¿Qué modelo de país queremos?. No puede ser que la Constitución del 78 no definiera un techo competencial y que hayamos llegado a un punto en que el Artículo 14 de nuestra Carta Magna, que proclama la igualdad de todos los españoles, se haya convertido en una mera declaración de intenciones.

Además España es un país dividido en dos bloques que se niegan en gran medida a abandonar las trincheras que un día nos enfrentaron. Dos bloques políticos o ideológicos, que sin embargo no representan ni nunca representaron a la mayoría de los españoles, pero que movidos por su odio visceral e irracional hacia el otro, nos arrastraron y arrastran aún  al enfrentamiento.
Somos de los Estados más longevos y con más historia común del mundo, que se ha visto en el último siglo sacudido por el nacionalismo. El nacionalismo español, en todas sus vertientes: centralista, vasca, catalana, gallega, etc. Hoy hasta se oye hablar de nacionalismo castellano...
Está surgiendo un neofeudalismo cainita en el que si no luchas por lo tuyo en lugar de por lo de todos, parece que te dan de lado y tu región pierde en derechos frente a las que protestan y amenazan con división. Y es que el nacionalismo es insaciable, y además se nutre de la manipulación de las masas y de manosear la historia a conveniencia de los distintos caciques tribales. Este fundamentalismo se basa en el enfrentamiento de tu tribu con la de al lado, en un peligroso juego de mentiras y confrontación intencionada. 
Hay que diferenciar bien entre nacionalismo y patriotismo, ya que son precisamente conceptos muy diferentes. El patriotismo no requiere de enemigos, el nacionalismo sí. Siempre se es nacionalista contra algo. Ya sea contra los judíos, contra los rojos, o contra España. Decía Orwell que "el nacionalismo es el patriotismo echado a perder", y no podía llevar más razón.
Nacionalista es aquel que se entrega al pensamiento de que una nación es, por esencia, superior y posee derechos especiales sobre otras naciones. Una ideología profundamente reaccionaria y antisocial, que ataca los derechos y libertades del ciudadano en pro de la nación y que maneja ese discurso grupal de "los unos" y "los otros".

No soy nacionalista, me considero patriota. Patriota por el afecto y vinculación que siento con mi tierra y con mi historia. Porque me siento orgulloso de mis orígenes y antepasados. Un poco asturiano, catalán, castellano... Y es que toda esta deriva nacionalista esquizofrénica que parece querer morder para arrancar un pedazo de España hace que en cierta manera me sienta como si también quisiesen romper algo dentro de mí.
La canción que puse al comienzo de esta entrada habla un poco de eso que llamamos ser español. "Mi querida España esta España mía esta España nuestra. De tu santa siesta ahora te despiertan versos de poetas. Te cuesta encontrar tus ojos, tus manos, tu cabeza. ¿Quién  pasó tu hambre? ¿Quién bebió tu sangre cuando estabas seca? Quiero ser tu tierra, quiero ser tu hierba cuando yo me muera."

Creo que una de las mejores formas de entender un país y su gente es a través de su Historia. Sólo sabiendo de dónde venimos podemos entender nuestro presente y saber hacia dónde queremos ir.
El siguiente vídeo que yo mismo he hecho, pretende ser un resumen de la Historia de España. Es un resumen bastante superficial y rápido, pues es muy difícil intentar resumir siglos de historia de la Península Ibérica en tan sólo 35 minutos. Aún así, espero que os guste: